En Colombia el negocio de venta directa -venta por catálogo- tiene gran importancia. Según cifras de la Asociación Colombiana de Venta Directa (Acovedi), el país está en el top 15 de esa industria a nivel mundial por mayor crecimiento y ventas.

Solo en el último año el sector creció un 8% en Colombia, con ventas que alcanzaron los 6 billones de pesos, detalló Acovedi. Además, cerca de 2 millones de personas participan de la industria en donde el segmento de cosméticos y cuidado personal es el que más vende (38,82%), seguido del de ropa y accesorios (34,38%). A nivel global, se habla de más de 186.000 millones de dólares en ventas para el corte de 2021.

“El amplio crecimiento del sector en el país y la preferencia como alternativa económica de alto impacto ha generado una corriente en los colombianos para incursionar en modalidades complementarias para la generación de ingresos adicionales, como la venta directa. El resultado de crecimiento del sector evidencia además que las zonas más apartadas del país han iniciado procesos de ventas a través de las diferentes plataformas de las compañías pertenecientes a este sector, el cual ha potencializado la comercialización integral de productos de bienestar en la periferia nacional y zonas que antes no participaban tan activamente en esta industria”, explicó Elizabeth Acuña, directora Ejecutiva de Acovedi.

La agremiación también presentó los resultados de un estudio realizado por la firma Yanhaas, en el cual quedó en evidencia que las mujeres son el principal motor de la venta directa en el país (84%).

El informe también concluye que los compradores de productos invierten en promedio $147.190, mientras que los vendedores independientes $610.773. En cuanto al tiempo que dedican las personas que trabajan en el sector, los vendedores independientes en promedio se activan cada 20 días (38,8%), mientras que otros lo hacen una vez al mes (29%) o dos veces al mes (27,8%).

Por su parte, el 64,3% de los compradores creen que la principal motivación para comprar por esos canales es la calidad, el precio y la sostenibilidad, refiriendo que luego del impacto de la pandemia el 53,5% compra los mismos productos y el 24,8% compra más que lo que venía haciendo.

“De la mano con las autoridades sanitarias a nivel mundial, SuperSociedades y otras entidades en Colombia, hemos venido impulsando fuertemente el entendimiento de nuestro sector como un referente ético, de actividad decidida al que hay que dedicarle tiempo e información exacta y veraz. Esto no es de ‘varitas mágicas’ o milagros como los muy cuestionados esquemas fraudulentos de captación ilegal, que condenamos y estamos dispuestos a denunciar todos los días, amparados en la ley 1700 de 2013, que además referencia a Colombia como único país en Latinoamérica con esta norma de protección al consumidor”, concluyó Acuña.