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¿Habilidades blandas o duras? Estas son las más necesarias para 2023

Andrés Hoyos

Articulo Revista

Desde las direcciones de talento humano, ha surgido un objeto empresarial muy interesante, fundamentada en las habilidades blandas y duras de los colaboradores. Se habla del desarrollo adaptable, cognitivo, y las aptitudes de socialización y dinámica para complementar un liderazgo individual. En ese sentido es que ha tomado forma la discusión si es más importante fomentar las habilidades blandas en las personas, que en esencia son los rasgos interpersonales adquiridos y perfeccionados con el paso de la vida, (la credibilidad, la generosidad, las comunicaciones efectivas, etc); o por el contrario, potencializar las habilidades duras, que son el resultado de lo aprendido, (las herramientas, la tecnología, la comunicación, etc).

 

Lo ideal siempre será la complementariedad y debido a esto es que es fundamental poder interconectar ambos grupos de habilidades, una vez detectados, puestos en marcha con coherencia, dinámica y liderazgo. Lo indiscutible es que unas se aprenden y otras sencillamente van surgiendo desde la esencia y se pueden potencializar, estableciendo claridad entre las fortalezas individuales de la persona, y los deseos en construir un aprendizaje a partir del interés o las proyecciones a largo, mediano y corto plazo.

 

Diferentes universidades en el mundo coinciden en que las habilidades blandas, pueden generar mucho mejor resultado que las habilidades aprendidas, en vista que son las que rompen los paradigmas y dejan ver a la persona en su esencia. En este planteamiento muchas coinciden que no necesariamente el mejor de la clase en cuestiones de aprendizaje es quien ocupe los mejores cargos o la vida le sea más amable, puesto que, con los rasgos interpersonales de liderazgo, comunicaciones efectivas y carisma, se logran vencer barreras humanas que generan empatía, solidaridad y sincronía social.

 

Otros puntos de vista, sostienen por el contrario que el aprendizaje es fundamental para llegar al éxito, y que nada es más importante que aprender todos los días para ir en la misma dinámica de la innovación y las corrientes tecnológicas que van a pasos agigantados. Ambas posturas, en consideración muy absolutistas, las cuales desconocen las dinámicas cambiantes de la vida, los “accidentes”, o las sorpresas, en donde cada oportunidad cuenta a la hora de socializar, generar una venta, o sencillamente generar la atención de alguien.

 

Este es el top 12 de las habilidades que recomendamos para este 2023 desde la revista Emprendamos.

 

  1. LIDERAZGO: Esta habilidad es quizá una de las más complejas a la hora de definirla, puesto que tiene matices de aprendizaje pero también de rasgos adquiridos. El liderazgo evolucionado con el paso de los años, hoy se convierte en la base consistente de la generación de inercia para alcanzar los objetivos. El liderazgo inspira, conmueve positivamente, genera empatía, y despierta solidaridad para ir por un fin común multiplicando esfuerzos de forma orgánica.

 

  1. ORATORIA: La comunicación por su parte es el eje central que le da alcance al liderazgo. Una buena comunicación no verbal, asertiva, que genere empatía, puede alcanzar cambios y dinámicas en las labores que se emprendan, bien sea una venta, la socialización constante, la divulgación de un mensaje, o el alcance personal de una postura. Sino podemos comunicarnos efectivamente y con relevancia, no podremos generar resultados esperados.

 

  1. TRABAJO EN EQUIPO: Fundamental para la sincronía y la búsqueda de resultados. Multiplicar labores, detectando habilidades únicas en las personas hace que el engranaje sea más fuerte y optimice tiempos, ejecución, esfuerzo y resultados.

 

  1. GESTIÓN DEL ESTRÉS: Es clave no solo para lograr los resultados, sino para preservar integralmente nuestra salud y el bienestar de nuestro entorno o equipo. Una decisión tomada bajo miedos o estrés, es una decisión que por lo general deja resultados inesperados y abre opciones de riesgo innecesarias.

 

  1. INTELIGENCIA EMOCIONAL: Es la capacidad de ordenar cualquier eventual problemática en cuadros o procesos, y darle un orden alejado de las emociones, una respuesta sensata, y una visión integral para intentar superar rápidamente cualquier momento de estrés, bloqueo, o pánico. 

 

  1. ASERTIVIDAD: Que se resume en empatía, en la capacidad de entender las necesidades del otro y lograr anticipar positivamente sus cuestionamientos sin invalidarlos. Esta habilidad es fundamental no sólo para preservar la autoestima de quiénes nos rodean, sino para lograr una mayor efectividad e impulso participativo en nuestros equipos.

 

  1. CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN: Las situaciones de la vida están llenas de sorpresas inesperadas. Desde el momento en el que abrimos nuestros ojos debemos sortear con el destino. Se fue el agua, el despertador no sonó, amanecimos enfermos, el carro se pinchó, el vestido se manchó, en fin, un sinnúmero de situaciones a las que rápidamente hay que darle una solución para seguir con la dinámica del día a día. Así mismo debe ser la capacidad de adaptación en lo laboral y lo profesional; existen millones de sorpresas, rumores, cuentos de pasillo, mitos urbanos, etc, que por lo general juegan siempre malas pasadas en nuestra mente, pero al final son más una anécdota que se sortea con un buen trabajo. El mundo y la vida son cambiantes, por más planes y proyecciones que tengamos siempre debemos estar abiertos al cambio. 

 

  1. ÉTICA PROFESIONAL: No se negocia. Es el alcance profesional de sus decisiones y la clave para marcar límites en la permisividad natural de las relaciones humanas. Hay que establecer unos límites claros de competencia en donde las dimensiones humanas confluyan y se complementen pero ninguna pase por encima de otra. Ni lo familiar, ni lo personal, ni lo laboral pueden interferir en las decisiones acertadas a partir de la ética, la cual nunca se negocia.

 

  1. TOMA DE DECISIONES: Ser más ejecutivos en cada labor que emprendamos. Es mejor pensar una situación bien y darle el tiempo razonable para tomar una decisión y ponerla en marcha, que estarla cambiando a diarios justamente con las sorpresas del día a día. El reproceso es lo que más atrasa a las compañías y los emprendimientos, los cuales a pesar de lo cambiante y esa adaptación para que así sea, terminan no decidiendo por el agobio de la infinidad de posibilidades que trae cada ejecución. Decidamos e intentemos mantener la línea de esa misma decisión.

 

  1. GESTIÓN DEL TIEMPO: Las dinámicas personales se han convertido en una constante confrontación humana dentro de las mismas relaciones interpersonales, laborales y familiares. ¿Vivimos para trabajar o trabajamos para vivir? Pareciera ser la premisa que se ha despertado aún más después del encierro y la pandemia. Los acuerdos familiares, la relación con los hijos, los compromisos laborales, y el desarrollo de los sueños, hoy son ítems balanceados que suman importancia dentro de cada escogencia humana. Lo cierto es que dentro de esas mismas dimensiones siempre existirán preferencias que olviden en un sentido a las otras. Hay que ser estratégicos, encontrar formas de resolución, priorizar, pero sobre todo hacer lo que más apasione, guste y rete. Clave no posponer las cosas. Actuar ya, así sean situaciones difíciles.

 

  1. PENSAMIENTO CRÍTICO: Todo es susceptible de mejorar. Partiendo de esto podemos darnos cuenta que no hay fórmulas mágicas para hacer las cosas, no solo para entender la lógica de nuestras decisiones, sino para generar los análisis que necesitarán las organizaciones o los procesos de hoy y del futuro con la gran cantidad de información que manejaremos. Hay que asumir decisiones pensadas, esperar resultados, pero siempre habiendo visualizado las posibilidades con antelación.

 

12. COMPROMISO O RESULTADOS: Su nombre lo dice, es el resultado más parecido a lo que planeamos en el proceso de implementación de las habilidades. Cada decisión tiene un resultado que va a ir de acuerdo con la visualización, la objetividad, la ética, el pensamiento crítico, el análisis, y las formas de implementación. Hay que tener compromiso para la ejecución y respaldo y aceptación para la resolución.

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