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Este año Colombia arranca con múltiples ajustes y reformas que de alguna manera generan incertidumbre, cuestionamientos y expectativas sobre el diario vivir, el bolsillo y en síntesis, los sueños y objetivos individuales de crecimiento y planeación en las condiciones que cada quien ha proyectado para su propia vida. En esa rutina individual, en la que todos nos levantamos a buscar nuestros sueños, la protección de nuestra familia, y esos planes y objetivos que se renuevan con cada cambio de año, está el sentido de construcción permanente de algo que nos genere bienestar y felicidad.

Cada sueño, cada acción y cada suceso humano siempre le apunta a eso. Bienestar para el planeta, para la vida, para la familia, el trabajo, el día a día; felicidad para poder realizar cada acción, para tener salud y para disfrutar la vida. Infortunadamente surgen miles de variables en esa ecuación que muchas veces nos desvían del camino o el objetivo; nos desenfocan de los resultados; o nos sorprenden sin estar preparados para afrontarlo.

Es ahí, en ese punto, donde la construcción de los sueños se queda corta en esa ecuación; donde lo importante más allá de los planes, las proyecciones, los análisis y los resultados, necesitan un capital estratégico para sobrepasar esas mismas sorpresas. Ahí, justamente en ese momento es dónde vienen los cuestionamientos: ¿Yo por qué no hice?, ¿Por qué no pensé?, ¿Por qué no me preparé?

Ahí, donde sentimos que debimos haber aprovechado cada instante de una mejor manera, donde proyectamos las oportunidades desperdiciadas, y esos mismos interrogantes que ya mencioné, es cuando surge el salvavidas más importante para cada ser humano: El resultado de la suma. Suma de amigos, suma de emprendimientos, suma de creatividad, suma de bienestar, suma de amor, suma de felicidad, etc; una suma integral que, sin importar cada sorpresa de la vida, tenga unas bases suficientemente sólidas para afrontarla de la mejor manera y salir adelante.

Es el momento propicio amigos de tejer redes, de luchar por los sueños, de dar ese paso en el que tanto hemos titubeado. Los grandes resultados de la historia son por personas que asumieron riesgos, incluso a pesar de sus propias limitaciones.

Desde un sector que conoce muy bien el bienestar, la ética, la responsabilidad y ese resultado de las sumas, se ha venido dinamizando una fuerza capitalizadora que solo depende del trabajo, la creatividad y la pasión que cada uno tenga. Con esfuerzo, realidades a pulso, trabajo en equipo, veracidad y fuerza, la venta directa se ha convertido en un sector exitoso, que hoy es ejemplo alternativo para millones de personas en el mundo, que entendieron que la vida era mucho más que trabajar para ir el sábado a mercar.

Personas que rompieron sus propios esquemas y miedos, que con ilusión le apuntaron a no depender necesariamente de lo obvio o de qué coyuntura económica o política tenga un país; personas que con su liderazgo se atrevieron a sumar, a salir, a socializar, a ser líderes e inspiración para tantas personas que entienden las dinámicas del desarrollo humano, no solo por establecer un vínculo con una herramienta vital como el dinero, sino por el desarrollo de habilidades que desconocían, de socialización, creatividad, liderazgo y amor por el trabajo en todos los campos. Asumamos retos diferentes, entendamos la dinámica de la vida como un cúmulo de posibilidades y alternativas que exigen de nuestra disposición, nuestra pasión y nuestra creatividad. Que este 2023 sea ese año de la suma, de las bases y de los resultados. Es momento de visualizar, de creer que merecemos lo mejor, de aprender y de buscar opciones que le apunten a romper los moldes y las dinámicas de lo conforme.