En la época actual, las ventas han dinamizado a la industria como un ícono de estudio que posee diferentes características a la hora de abordar al consumidor. No solo la calidad, el cubrimiento de las necesidades, lo aspiracional en lo que pueda convertirse una marca, o la misma fidelización de la estrategia de venta y postventa; hoy, el consumidor informado, exigente y con características permanentes de comparación, requiere otras formas de recordación que afiancen determinantemente la escogencia: Es ahí donde el efecto wow, conlleva a generar una preferencia tal, que es indestructible y permanece con los años.

Muchos hablan de la calidad, del precio, de la posventa y un sinnúmero de variables en la determinación de una compra, pero lo que han empezado a entender las grandes compañías, es que la relación producto y consumidor, al igual que las relaciones humanas, son un “matrimonio” que ojalá dure mucho tiempo con el pasar de los días.

Incluirle valor conceptual a un producto o servicio, expresarlo en la realidad de sus características, confrontarlo constantemente con el mercado y retroalimentarse de las necesidades del comercio, son determinantes a la hora de generar ese efecto wow de fidelización. Grandes marcas en el mundo han dado ese paso aspiracional y casi que es indestructible a pesar de los cambios generacionales. Apple es un gran ejemplo de esto y pese a que la crítica sustenta los pocos cambios en materia de innovación entre dispositivos, la preferencia es tal que el consumidor espera con gran antelación cualquier salida al mercado. 

Las pequeñas cosas, la experiencia, lo antes imperceptible, ahora es la apuesta de valor máximo para complementar ese círculo de la fidelidad con una marca, que de por sí vincule todo su potencial universo con la publicidad, la categorización, la coherencia y la estrategia. Algo que los demás perciban como wow, algo que genere reconocimiento e imprima status en poseer dicho producto; de eso se trata la nueva tendencia en lo aspiracional, en el segmento de convencimiento y firmeza para poseer ese objeto o ese servicio y que marque la diferencia en el mercado, que guste mostrarlo y hablar de él con total confianza. 

Las marcas hoy no buscan ventas solamente, buscan embajadores que repliquen su mensaje, y que con valor corporativo den muestras icónicas sobre los beneficios intangibles del consumo.