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¿Cómo monetizo mi emprendimiento a través de la tecnología?

Andrés Hoyos

Articulo Revista

La tecnología se ha convertido en la principal herramienta a la hora de establecer y optimizar nuevos vínculos con diferentes audiencias más allá de la presencialidad y todo lo que esto involucra. Es por esto que quienes han entendido las redes como un vehículo impulsor de los negocios, han logrado potencializar su mensaje y darles alcance a nuevos núcleos en rincones antes inimaginables.

Las redes sociales son hoy ese vínculo por excelencia para expresar comunicaciones de todo tipo. Estilo de vida, bienestar, amor, desahogo, emprendimiento y un sinnúmero de posibilidades que establecen diferentes objetivos dependiendo de la integralidad y la estrategia de cada emisor y generador de contenidos. Hoy, vemos cómo pequeños como Ryan Kaji, de 10 años ha alcanzado monetizar cerca de 80 millones de dólares en tan solo 3 años a través de su canal de youtube, utilizado con sus padres para ofrecer a niños entre los 2 y los 6 años experimentos con juguetes, actividades recreativas y curiosidades con las últimas tendencias de habilidades manuales.

Sin entrar en la controversia del alcance de las redes para los niños y su consumo excesivo, lo que pretendemos mostrar es que, con la fidelización de audiencias y el uso estratégico y direccionado de la tecnología, se logra potencializar cualquier emprendimiento siempre y cuando tenga un fin y un foco objetivo que permee en los segmentos que se quieren.

Es en ese punto dónde las ventas se han impulsado por estos canales y a través de los llamados influencers para darle un alcance masivo a algo en cadena, que facilita el conocimiento y los beneficios de los productos, además de generar una necesidad de consumo en contextos direccionados para la futura venta.

Emprendimientos de la llamada “Economía naranja” como Google (buscador), Amazon (tienda virtual), Netflix (plataforma de streaming), o la misma Coca cola (experiencia más que producto), han puesto en marcha esa opción de contenidos y oferta bajo un esquema que satisfaga a la mano las necesidades del consumidor desde la fidelización, el seguimiento, la retroalimentación permanente, y el uso juicioso de información a sus bases de datos. Han hecho de la necesidad del consumidor el éxito de su propio producto.

Las estrategias de venta individuales tienen infinidad de herramientas que le den un alcance significativo a posibilidades de alcance simultáneo, acompañado de la presencialidad, de la explicación y demostración y del voz a voz. Acá es donde la información segmentada, los canales, la creatividad, las ganas, el impulso y el trabajo decidido se conjugan para generar éxito en el fin de cada emprendimiento.

Una buena marca, filial o respaldo, el buen entendimiento de las necesidades, una creación objetiva de las audiencias, verdad, información completa y mucha ética, son las que conllevan a que un negocio soportado en la tecnología no se pierda en una simple moda momentánea, sino que permanezca en la recordación de las audiencias. La clave no puede ser llegar únicamente a regalar productos para que influencers los promocionen, ¡Claro que esa es una herramienta!, pero no podemos quedarnos simplemente en la única lectura válida para darle alcance a algo que debe generarnos total convencimiento; convencimiento en que nuestro producto es el mejor, en que sus beneficios son reales, en que está soportado en la calidad y rigurosidad, y en que siempre hay una marca ya posicionada que garantice fidelidad o preferencia en las audiencias a las que les estamos llegando.

La clave no es “pobretear” el producto. Es justamente generar tal convencimiento desde la forma de las ventas que genere una coherencia con el mensaje y lo que se está vendiendo.

La pregunta recurrente siempre ha sido sobre la sincronía entre el producto y la creatividad que se le imprime a una venta para que conlleve a la escogencia del consumidor. Existen miles de ejemplos de creativos que han fidelizado audiencias con temas contrarios a su propia venta y de alguna forma lo integran en su mensaje. Pilotos de avión que graban sus aterrizajes con un producto de bienestar en sus manos; capacitadores que son promotores de relojes; futbolistas con alianzas de marcas de alta costura; corredores de carros hablando de las bondades del último whisky; en fin, millones de posibilidades que van más allá de lo evidente y que siempre encuentran la forma de generar esa sincronía estratégica de la que estamos hablando.

El medio ambiente, lo social, el bienestar, y el mismo emprendimiento, son temas que han dimensionado un interés particular por llegar a las plataformas como modelo orgánico y sensato de vida. Los viajes, las últimas tendencias de vestuario, la vida en sí, se han convertido en infinidad de posibilidades para dimensionar y monetizar el mundo de las ventas sin saturar ni empalagar.

¿Cómo monetizo mi emprendimiento?  

  1. Autoconvencimiento de la marca y el producto que representamos.
  2. Coherencia orgánica con el mensaje comercial: credibilidad.
  3. Creatividad para integrar el producto dentro del mensaje.
  4. Establecer una comunidad y un tono para hablar bajo ese esquema.
  5. No rendirse. No es fácil, pero hay que pensar constantemente en el contenido.
  6. Generar interacciones y conversaciones a partir de las tendencias.
  7. Hablar con la verdad y fidelizar con la verdad.

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