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Sin voluntad real solo nos quedaremos en la teoría

Nota de Prensa Gudnius.co

Tomado de: Gudnius.co

Colombia

Desde siempre se ha hablado de la necesidad de recomponer los objetos sociales que dinamicen a nuestro país y equilibren la cancha para todas las personas. Siempre hemos oído la necesidad de combatir tantas necesidades de la gente y la activación social positiva, que, sin importar las corrientes, todos le apuntemos al mismo resultado como solución coyuntural para que el país se potencialice.

 

El problema real de todas las generaciones que hemos estado presentes en «el momento coyuntural más importante para Colombia», es que nos hemos quedado en los estudios, las propuestas y las proyecciones, pero no hemos empezado con decisión, actos que firmemente generen resultados cuantificables y de impacto para las personas, la economía y el país en general.

 

Desde el sector de venta directa, hemos entendido ese momento, y con toda la decisión, le hemos apuntado a la generación de alternativas adicionales, complementarias, o incluso únicas y exitosas, para los más de 2 millones de colombianos que le han apostado a entender que la ética, la calidad, la veracidad y las soluciones reales, pueden coexistir con rigor, en una cultura de trabajo constante y decidido que, sin fórmulas mágicas, arrojen resultados cuantificables dependiendo de la gestión e impacto de cada uno.

 

El camino no es fácil. No se vive de la mística, de «la buena onda», o de las experiencias de otros. Quienes le apostamos a este maravilloso pero retador mundo, encontramos que la decisión, el trabajo en equipo, la confianza, la verdad, y la calidad y respaldo de grandes compañías a nivel mundial son las que hacen la diferencia a la hora de tomar la decisión de actuar; no solo por nuestras familias, no solo por nosotros, sino también por un país que debe casarse con el crecimiento y las acciones de impacto.

 

La mayoría de veces ponemos todo en manos de los demás y nos quedamos en standby esperando a quién elegimos para gobernarnos, viendo con quién nos indignamos porque actúe mal, o a quién le caemos porque no piensa igual a nosotros. La verdad es que cada acción positiva que tengamos, sin duda se va a replicar y a multiplicar, y así suene romántico, sin darnos cuenta, generaremos una corriente dinamizadora de buenos resultados que ayudará a todos e inspirará a los que estén pensando qué hacer para aportarle a nuestro país.

 

Es claro que diariamente nos sorprendemos con sucesos descabellados, excesos inexplicables y situaciones duras en nuestro país; sería un despropósito negarlo, pero también lo es, simplemente indignarnos esperando a que sean otros los responsables de arreglarlo o de que no pase. Ahí es dónde radica la decisión que estoy mencionando desde el principio, una decisión que vaya más allá de la teoría, una decisión que, sin pensarlo genere nuevos espacios de crecimiento y confianza para todos, que genere segundas oportunidades, que active la creatividad, que resuelva necesidades; una decisión que por el camino correcto, ético y con trabajo decidido, empiece a generar espacios de equidad y bienestar, que en síntesis, es lo que todos procuramos desde el momento en que nos despertamos.