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Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI
Luchar contra el desperdicio de alimentos es luchar contra el hambre, y todos podemos contribuir. La inseguridad alimentaria que afecta al 6,5% de la población de América Latina y el Caribe, implica que, según la FAO, 43,2 millones de personas no accedan a la cantidad y calidad de nutrientes requeridos. Aproximadamente, el 34% de los alimentos producidos nunca llegan a ser consumidos, lo que equivale a la pérdida de 9.7 millones de toneladas de alimentos en Colombia según el DNP. Este desafío no solo impacta a los productores de alimentos, sino especialmente a quienes no tienen acceso a una alimentación adecuada, con un alto impacto ambiental por los recursos naturales que se emplean en su producción.
De los millones de toneladas que se pierden cada día, el 40% se pierde en la etapa agrícola, mientras que en hogares, hoteles y restaurantes se pierde el 17%. Es decir, entre el primer y el último eslabón de la cadena se desperdicia el 57% del total de alimentos. Adicionalmente, es relevante recordar que Colombia, si bien dispone de cerca de 37 millones de hectáreas aptas para la producción de alimentos, sólo utilizan 5,4 millones en agricultura. Este potencial no aprovechado representa una oportunidad para garantizar la seguridad alimentaria, tanto a nivel nacional como aportar al desafío internacional.
Los eslabones industriales contribuyen con el 3,5% del total de alimentos que se pierden. Con más de 45.000 empresas que conforman el sector, las empresas trabajan para transformar materias primas agrícolas y pecuarias en productos que lleguen de manera eficiente a los hogares. Para ello, desde la Cámara de la Industria de los Alimentos de la ANDI, se han promovido acciones como la optimización de procesos en las plantas de producción, el desarrollo de estrategias de innovación en los portafolios de los afiliados, y la fortificación de alimentos que contribuyen a un mayor aporte nutricional.
Por otro lado, las empresas afiliadas han establecido alianzas estratégicas, como la colaboración con la red de bancos de alimentos ABACO, con quienes se han implementado acciones para garantizar que los productos en riesgo de desperdicio lleguen a las poblaciones más vulnerables. Asimismo, se promueven estrategias de competitividad inclusiva que integran a la industria y las comunidades involucradas en la cadena de valor, con el propósito de acompañar, generar oportunidades y construir historias formidables.
Sin embargo, las soluciones no recaen únicamente en la industria. Todos los consumidores tienen un papel protagónico en la disminución del desperdicio a través de acciones como planificar sus compras, estar atentos a fechas de vencimiento, exigir a los establecimientos medidas más efectivas para manejar los excedentes de alimentos y participar en programas de donación de alimentos. En ese sentido, adoptar hábitos responsables no solo contribuye a reducir las pérdidas, sino que también fomenta una cultura de consumo consciente que es esencial para enfrentar este desafío.
Desde la Cámara de la Industria de los Alimentos de la ANDI hacemos un llamado a llevar acciones colectivas entre todos los sectores de la sociedad civil, puesto que el desperdicio de alimentos es una problemática que requiere el compromiso de todos. Desde la producción hasta el consumo, cada eslabón de la cadena tiene la oportunidad de aportar soluciones. Solo con un enfoque colaborativo será posible transformar esta realidad y avanzar hacia un sistema alimentario más eficiente y equitativo.
Escrito por:
Director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI