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Escrito por: Camilo Montes
La innovación desempeña un papel crucial para mejorar la calidad, la inocuidad y la disponibilidad de las distintas categorías de alimentos desde la producción de las materias primas agrícolas, pasando por su transformación en las plantas industriales y su posterior comercialización hasta llegar a las bocas de los consumidores.
La innovación en el sector permite la fabricación, empaque, transporte y comercialización de alimentos inocuos y más accesibles y nutritivos. La industria alimentaria, en constante evolución, se adapta a las demandas de los consumidores, a las tendencias del mercado y las mejores prácticas de producción sostenible, gracias a rigurosos procesos de selección de materias primas e ingredientes, la formulación y manipulación de alimentos, el manejo responsable de los recursos naturales, el diseño, la gestión posconsumo de envases y la distribución de los alimentos.
Todas estas acciones están respaldadas en una sólida inversión en innovación, que permite que más personas tengan acceso a una mejor nutrición, garantizando la calidad e inocuidad de los alimentos, lo que posibilita la diversificación de los productos que se entregan a los consumidores.
Por ejemplo, la fortificación de alimentos de alto consumo en la población facilita que muchas personas accedan a nutrientes esenciales para su correcto desarrollo físico e intelectual y para el desempeño de actividades específicas. Este proceso consiste en la adición de nutrientes que mejoran los perfiles nutricionales de los alimentos, lo que permite al consumidor atender necesidades especiales. Todo ello utilizando nutrientes naturales o de síntesis química cuyo consumo es seguro y ha sido evaluado por expertos en todo el mundo.
Son muchos los ejemplos en fortificación, Colombia ha sido pionero en la fabricación de alimentos con fortificación obligatoria como la sal con yodo o la harina de trigo con vitaminas y minerales del complejo B (vitamina B1, B2), niacina, ácido fólico y hierro. Por su parte, algunos referentes de fortificación voluntaria son los cereales infantiles fortificados con vitamina B y hierro, la fortificación de la leche con vitamina D, y la fortificación de la margarina con vitamina A.
Otra línea en la que se logran alimentos con mejores perfiles nutricionales es la que resulta de las estrategias de reducción de sodio en categorías como panadería industrial, snacks y pasa bocas, maní, galletería, quesos, embutidos, cereales, caldos y sopas instantáneas, salsas, aderezos y mantequillas, entre otros. Este tipo de alimentos que requiere la utilización de sodio para su procesamiento puede beneficiarse de nuevos procesos tecnológicos e ingredientes que disminuyen la necesidad de ese nutriente permitiendo que los consumidores reduzcan la ingesta de ese nutriente.
Con la innovación, la industria también logra extender la vida útil de los alimentos, para atender los requerimientos nutricionales de diferentes tipos consumidores manteniendo las características organolépticas propias de los productos. Con esto, se asegura una mayor disponibilidad alimentos, prolongando su vida útil y, a la vez, se reduce el desperdicio y la pérdida de estos supliendo las necesidades y gustos de los consumidores. Además, se satisfacen las demandas del mercado nacional e internacional de manera eficiente y sostenible, impulsando el crecimiento y la competitividad del sector.
Toda esta innovación se soporta en la ciencia y la tecnología de los alimentos, que es uno de los grandes avances de la humanidad, donde por décadas, miles de científicos en áreas como ingeniería, nutrición o química, soportan cada una de las decisiones que adopta la industria, Todo ello marcado por el contexto de un cumplimiento riguroso de las normativas alimentarias a nivel nacional e internacional.
A partir de este escenario, la innovación que se realiza a diario por las 45.117 empresas de la industria de alimentos en Colombia no solo se enfoca en mejorar productos, sino también en crear valor y generar un impacto, permitiendo explorar horizontes operativos más eficientes. Esta capacidad de innovar otorga las herramientas necesarias para enfrentar desafíos de manera práctica, siendo crucial para la competitividad en un mercado en constante evolución y para satisfacer las necesidades de una población global creciente.
Escrito por: Camilo Montes